Se llama Bloom , ha abierto sus puertas en la calle de Alberto Aguilera, 54 y es, con toda probabilidad, el restaurante más florido de Madrid. La gama cromática de sus flores protagoniza la estancia así como su amplia oferta gastronómica.
Dispone, además, de una terraza cerrada a pie de calle, un amplio comedor con un templete central alrededor de un gran árbol, una de sus peculiaridades que más llama la atención y un reservado acristalado con una cúpula muy luminosa.