Los jóvenes universitarios tampoco se libran de la burbuja del alquiler. Con el comienzo de las clases, muchos aterrizan en Madrid con la necesidad de encontrar rápido un lugar donde vivir hasta el final de curso.
La mayoría de las veces acaban compartiendo baño y cocina con desconocidos. Hasta hace poco, la mayoría optaba por irse a un piso, pero ahora ante la vertiginosa subida del alquiler en Madrid, las residencias de estudiantes vuelven a estar completas.
El problema con el que se encuentran muchos de ellos es que las residencias de estudiantes se llenan con rapidez, así que toca compartir piso. Una solución que, en el fondo, sale algo más barata a los estudiantes, ya que las residencias pueden llegar a suponer unos 900 euros mensuales con pensión completa, frente a los 600 que pueden estar pagando en un piso compartido con alquiler y gastos.