A las afueras de Las Rozas, entre la M-50 y la A-6, se extiende la Dehesa de Navalcarbón a lo largo de 120 hectáreas. El conocido como pulmón verde del municipio alberga una amplia biodiversidad con una gran población de pinos y encinas.
Numerosas sendas atraviesan este gran espacio natural tanto para andar, correr y hacer bicicleta. Este espacio se empezó a recuperar en los años 30 mediante repoblaciones de especies de la zona.
Antes, existía un gran encinar cuya madera se aprovechaba para obtener carbón vegetal, de ahí su nombre. En el bosque de los piñoneros habitan conejos, ardillas, palomas, patos y tortugas.
Dentro de este espacio, destaca el canal de la Dehesa. Es una parte del proyecto elaborado a finales del siglo XVIII para unir las aguas del río Manzanares con las del Guadarrama para usarlo como transporte fluvial. Actualmente es utilizado para practicar piragüismo.
A lo largo de este canal, hay varios itinerarios que conforman un conjunto histórico-arqueológico con edificaciones de la Guerra Civil. Se conservan elementos de la llamada 'Línea de Detención' del bando republicano con numerosos fortines y búnkeres.