El viernes es el Día del Libro. Dos años más tarde, esta vez sí, se podrá celebrar. En Cataluña preparan un San Jordi que va a durar tres días para vender más, con espacios perimetrados para evitar las aglomeraciones.
Así, Barcelona habilitará once espacios en la vía pública perimetrados y controlados el próximo viernes, 23 de abril, para celebrar una Diada de Sant Jordi descentralizada y evitar aglomeraciones, y solo podrán poner puestos frente a sus establecimientos las librerías y las floristerías.
Así lo han explicado este lunes la Cámara del Libro de Cataluña y el Gremio de Floristas en una rueda de prensa celebrada en el Ateneu Barcelonès, en la que han destacado que los puestos de libros y rosas, un total de 490, serán "exclusivamente" de profesionales de los diferentes sectores de la cadena de valor del libro y de las floristerías y podrán instalarlos del miércoles 21 al viernes 23 (entre las 9 de la mañana y las 8 de la tarde).
El presidente de la Cámara del Libro, Patrici Tixis, ha remarcado que Sant Jordi "vuelve a ser la fiesta en la calle, lo que nos congratula muchísimo, un símbolo de que algo está cambiando en esta pandemia", aunque ha reconocido que todavía no será la misma jornada que en el año 2019 (en 2020 coincidió con el pleno confinamiento).
A la vez, espera que se llegue al 60 % de la facturación de ventas de hace dos años, cuando se adquirieron un total de 1,5 millones de libros.
En su intervención, el presidente del Gremio de Floristas, Joan Guillén, ha deseado que en su sector no "vuelva a existir" el modelo de 2019 y que sean los floristas los que tomen el protagonismo.
Los cálculos del gremio es que se vendan entre 3,5 y 4 millones de rosas, aunque el sector lamenta que no haya tantas como en otros años, lo que puede provocar que no haya "rosas para todos".