La jornada después del incendio de una nave en Leganés sigue revelando la intensidad que el fuego alcanzó y también la importante producción de humo durante la quema del contenido.
El viento ayudó a propagar el fuego ayer en apenas unos minutos. La nube negra se extendió sobre dos barrios de la localidad y obligó al confinamiento de los vecinos. El incendio arrasó una nave llena de enseres almacenados que se vendían luego en países africanos.
Todo ese material contribuyó a la virulencia del fuego. Los vecinos de las fincas colindantes aseguran que pasaron miedo.