El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha visitado este lunes el distrito de Usera para "conocer una de esas historias un tanto desconocidas, pero que son apasionantes, de la ciudad de Madrid", la ruta de los relojes de sol que se encuentran en algunos edificios del barrio de Moscardó y que hace un recorrido por 17 relojes pintados en los años 80 en las fachadas de los bloques.
Acompañado por la concejala del distrito, Sonia Cea, y representantes de la Asociación de Vecinos del Barrio Moscardó, el alcalde ha visitado varios de estos relojes que se proyectaron en las fachadas de los edificios a raíz de un proyecto puesto en marcha por el Ayuntamiento de Madrid en 1982, gracias al "ingenio y al talento de un artista como Alberto Corazón y un matemático como Juan José Caurcel".
Estos relojes, "que con el paso del tiempo se habían ido deteriorando", ha explicado Almeida, fueron restaurados por la asociación de vecinos en 2022 gracias a una subvención del Ayuntamiento. Una actuación de rehabilitación que se desarrolló "para generar una mejora urbana, pero también un atractivo turístico nuevo en la ciudad de Madrid".
En este sentido, el alcalde ha animado a los madrileños a realizar la ruta a través del programa de visitas que la Junta Municipal de Usera, junto a la Asociación de Vecinos de Moscardó organiza una vez al mes, previa inscripción en rutarelojesmoscardo@gmail.com, "para conocer esta historia y para que podamos iniciarnos en la lectura de los relojes de sol que no es nada sencillo", ha señalado Almeida.
El barrio Moscardó cuenta, asimismo, con una programación de rutas guiadas gratuitas para dar a conocer su historia y descubrir otros lugares patrimoniales desconocidos como la colonia del mismo nombre (antiguamente conocida como Colonia Ahorro y Salud) o la estética romana de la plaza de Francisco Ruano.
El artista Alberto Corazón fue el encargado por el Ayuntamiento de Madrid de diseñar los relojes de este proyecto: unos, de grandes dimensiones (ocho metros de alto y dos de ancho), otros, de tamaño más modesto (dos metros de alto por tres metros de ancho) y todos con un diseño individualizado fueron integrados en los edificios de la colonia compartiendo la misma paleta cromática que las fachadas donde se ubicaban.
Por su parte el matemático Juan José Caurcel fue el responsable de los cálculos para su buen funcionamiento.
Aunque con distintos diseños, los 17 relojes que se pintaron comparten una estructura formada por una plataforma numérica y un elemento triangular o vertical de distintos tipos y materiales, llamado gnomon, cuya sombra se proyecta sobre los números según el movimiento de rotación de la Tierra, marcando de esa manera las horas.