Las denuncias de jóvenes por haber sufrido pinchazos por sumisión química en contextos de ocio nocturno aumentan y la alarma ha llevado a las discotecas catalanas a realizar registros.
Cataluña cuenta ya 23 casos, la mayoría en discotecas de Lloret de Mar, donde muchas mujeres jóvenes aseguran tener miedo a salir de fiesta.
El último ha ocurrido en Girona. Una mujer joven denuncia que un desconocido se acercó a ella en la madrugada del pasado sábado durante la fiesta mayor del pueblo de Viladamat cuando notó el pinchazo.
El suceso se saldó "sin consecuencias de sumisión química, según los informes clínicos", ha explicado el Ayuntamiento en un comunicado.
La fiesta se suspendió antes de lo previsto e intervino el punto lila, una ambulancia, el personal de seguridad y los Mossos d'Esquadra, ha detallado el Consistorio.
Los protocolos y guías revisadas por varias comunidades autónomas aconsejan llamar al 112, denunciar y acudir cuanto antes a un centro sanitario, donde se realizará sin demora un análisis toxicológico. Los facultativos valorarán si es necesario además activar el protocolo de profilaxis posexposicion al VIH.
De momento, ninguno de los pinchazos denunciados en varias comunidades autónomas han dado positivo en drogas salvo el caso de Gijón, en el que una menor de edad dio positivo en MDMA el pasado fin de semana tras notar un pinchazo durante una fiesta.
Los toxicólogos hablan de una "broma pesada"
Para los expertos en toxicología, los casos que se están dando engloban muchas dudas ya que en la mayoría no se ha inyectado ninguna droga, y por ahora lo tachan de posible "broma pesada" o de un intento de causar "alarma".
Las dudas respecto a este fenómeno crecen y en Reino Unido y Francia, donde se empezaron a conocer varios casos, tampoco se han detectado drogas ni se han denunciado robos o agresiones sexuales tras los pinchazos.
Hasta ahora, en nuestro país se han denunciado una veintena de casos en Cataluña, una docena en País Vasco, una decena en Andalucía, al menos once en Cantabria y uno en Asturias y Aragón. En Castilla-La Mancha se investiga un posible caso ocurrido en Toledo.