Las dificultades que atraviesas las pequeñas y medianas empresas de nuestro país van a más. El acceso a la financiación se ha restringido, de hecho apenas consiguen una cuarta parte de lo que tenían antes de la pandemia.
Menos crédito, más caro y un estancamiento de sus ventas. Los costes se han disparado casi un 20% en dos años, por lo que desde la confederación empresarial Cepyme piden al Gobierno contención en su política de subida de los costes laborales.
En este sentido, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, sostuvo que este informe “no es un ejercicio de lamento” sino de explicar la realidad, que tiene como consecuencia “menos crecimiento e inversión” por la restricción de acceso al crédito.
En este contexto, el número de facturas que se pagan pasado el plazo de 30 días ha ascendido al 11,7% en el segundo trimestre de este año, un porcentaje dos puntos superior al registrado en el mismo periodo de 2019. Pese al deterioro de la cadena de pagos, las pymes abonaron un 88,3% de sus facturas en menos de 30 días.
El esfuerzo financiero anualizado para una empresa pequeña llegó a 22.400 euros en el segundo trimestre, casi el triple que los 7.900 euros del segundo trimestre de 2022. También durante los últimos doce meses se multiplicó por tres el esfuerzo financiero en las empresas medianas, de 173.900 a 567.400 euros.