Con la llegada del verano, se incrementan las campañas de adopción y protección de mascotas. En Madrid, el año pasado se abandonaron 3800 perros y se adoptaron poco más de 3000. Sobre todo, sufren el rechazo las razas de perros potencialmente peligrosos y los de mayor tamaño.
En el Centro Integral de Acogida de la Comunidad de Madrid de Colmenar Viejo hay 130 perros de diferentes edades y razas esperando la adopción.
En este centro a los perros se les recupera físicamente, ya que muchos, como asegura la coordinadora del centro, Almudena Beltrán, “se notan han sido maltratados”.
Junto al equipo profesional, los voluntarios ayudan en este proceso de recuperación. Paula Ibáñez, una voluntaria del centro, va dos veces a la semana y se ha animado a adoptar a un perro como mascota. Guillermo González es otro de los voluntarios que presenta a Monopoly, un mastín de año y medio al que describe como “súper cariñoso”.
Los principales razones por lo que abandonan a estos animales de compañía se deben a motivos económicos, cambios de domicilio o compras compulsivas, siendo las vacaciones las épocas más propicias.
No obstante, Jesús Carpintero, subdirector de Producción Agroalimentaria, asegura que “cada vez se abandona menos y se adopta más” con unas cifras de adaptación superiores al 70%.