El juzgado de instrucción número 28 de Madrid interroga este viernes, con la condición de querellados, a seis policías que entraron presuntamente a la fuerza el pasado 21 de marzo en un piso turístico del barrio de Salamanca en la capital donde se celebraba una fiesta pese a las restricciones para combatir la pandemia, una actuación conocida popularmente como "patada en la puerta", en pleno "estado de alarma" y de restricciones derivadas del Covid.
Los hechos se produjeron el pasado 21 de marzo cuando los agentes acudieron al inmueble de la calle Lagasca comprobando que se escuchaba música a un volumen excesivo, constantes gritos provenientes de un grupo muy numeroso de jóvenes, lo que estaba prohibido por el estado de alarma.
Los agentes comenzaron a llamar al timbre de la puerta requiriendo a las personas que se encontraban dentro del domicilio que salieran a identificarse para ser multados por cometer una infracción a la Ley Orgánica de Protección a la Seguridad Ciudadana.
Por el contrario, el morador de la vivienda defiende que hubo un delito de allanamiento de morada y otro de daños y niega que se tratase de un piso turístico como denunció la Policía tras ser requerida su intervención por parte de los vecinos de la finca.
Los sindicatos policiales denuncian que se trataba de un presunto delito de desobediencia flagrante y que los ocupantes del piso se negaron reiteradamente a franquearles la entrada.
La Audiencia Provincial de Madrid ordenó al juez investigar a los agentes al considerar que se produjo "un exceso en el ejercicio de la autoridad, con infracción del derecho a la inviolabilidad del domicilio".
Juan Gonzalo Ospina, abogado penalista del morador del inmueble, defendió desde el inicio de la causa que los jóvenes se acogieron a su derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio para no abrir la puerta.
Según el atestado policial, los agentes de la Policía Nacional procedieron a intentar abrir la puerta del domicilio por sus propios medios, llegando a intentar hasta dos técnicas antes de recurrir al uso de un ariete para tumbar la puerta y proceder a la detención de los jóvenes que se encontraban dentro del domicilio por un supuesto delito de desobediencia grave a la autoridad.
Tras la detención de los jóvenes, el juzgado de instrucción 4 de Madrid incoó un procedimiento de diligencias previas en contra de los jóvenes por un supuesto delito de desobediencia grave.
En octubre, también están citados en otro juzgado, en el número 4 de instrucción, doce policías que la madrugada del pasado 9 de diciembre irrumpieron a la fuerza en una vivienda de Villaverde en la que se estaba celebrando una fiesta a pesar de la prohibición de reuniones en domicilios por la pandemia.
Los hechos se produjeron en una vivienda situada en el número 14 de la calle Pan y Toros. Una vecino alertó de ruidos y de la presencia de un niño llorando, desplazándose al lugar una patrulla policial.