El subsecretario de Estado del Gobierno británico para Escocia, Douglas Ross, presentó este martes su dimisión por considerar que la "interpretación" de las reglas de confinamiento de Dominic Cummings, el polémico asesor del primer ministro, Boris Johnson, "no son compartidas por la mayoría".
Cummings lleva varios días siendo objeto de controversia en el Reino Unido desde que la prensa destapara que se desplazó en marzo a casa de sus padres en Durham (norte del país), a unos 400 kilómetros de Londres, con su mujer enferma de coronavirus y su hijo, contraviniendo las restricciones del Ejecutivo.
En una excepcional rueda de prensa celebrada ayer desde los jardines de Downing Street - despacho oficial del líder tory -, el colaborador de Johnson justificó su conducta argumentando que obró "de manera razonable" y sin infringir la ley, y admitió que no se arrepentía y que no se ha planteado abandonar su cargo.
Al presentar su dimisión en un comunicado difundido hoy, Ross dijo que abandona su puesto a raíz de los argumentos esgrimidos por Cummings porque se siente incapaz de justificarlos "de buena fe" ante sus electores.
En Francia, aplanada la urgencia sanitaria, llega la económica. Macron ha presentado un plan para salvar la industria del automóvil de 8.000 millones de euros y construir, dice, los coches del futuro.
La economía también preocupa en Estados Unidos, donde ha reabierto Wall Street de forma presencial tras dos meses. El país está a punto de alcanzar el triste récord de 100.000 muertos, con concentraciones masivas sin distancia social.
También de récord la cifra de Brasil, con más muertos en una semana que en ningún otro sitio durante la pandemia.
La OMS destaca que el foco está ahora en las Américas y pide mantener las restricciones, pese a protestas como en Argentina.