El juez se ha ratificado en su decisión de investigar si dos fiscales de Madrid cometieron revelación de secretos al informar sobre la causa abierta por delito fiscal a Alberto González Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso, al rechazar por "improcedente y extemporáneo" el recurso de la Fiscalía que le pedía que cesase en sus pesquisas.
"Para este viaje no necesitamos alforjas". Con este refrán, el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) Francisco José Goyena rechaza la impugnación que hizo el Ministerio Fiscal contra las diligencias que acordó hace semanas para tratar de saber quién fue "el máximo responsable" que autorizó que se publicara la nota de prensa que dio pie al proceso.
La investigación del juez Goyena parte de la querella que presentó la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, contra dos fiscales por la publicación de una nota de prensa en la que trataban de aclarar algunos extremos de la causa abierta por supuestos delitos fiscales contra este empresario, Alberto González Amador, y de su propuesta al Ministerio Público de llegar a un acuerdo para reducir su eventual condena.
Ante informaciones que apuntaban a que el pacto lo habían ofrecido los fiscales y no el empresario, la Fiscalía de Madrid emitió un comunicado con "aclaraciones" sobre el caso. Fue entonces cuando González Amador decidió querellarse contra los fiscales por presunta revelación de secretos, que ahora investiga el TSJM.
En el marco de dicha investigación, que se dirige contra la fiscal jefe de Madrid Pilar Rodríguez y el fiscal que investiga a González Amador, Julián Salto, el juez Goyena ha dictado un auto en el que rechaza el recurso que presentó la Fiscalía contra la práctica de una serie de diligencias de investigación que considera "atinentes" con el fin de "esclarecer los hechos" y quiénes pudiesen ser los responsables.
El juez Goyena reprocha al fiscal que su recurso trate de combatir, más bien, la admisión a trámite de la querella, acordada por otra Sala del Tribunal Superior de Justicia, y a la que se remite al afirmar que "no otra cosa podía hacer" que no fuese obedecer a dicha resolución e incoar diligencias.
Rechaza que su investigación sea prospectiva, un calificativo -dice- que resulta, "dicho en los términos más amables, poco feliz", y contesta al fiscal que "si se da tiempo" a practicar las diligencias esenciales, podrá adoptar las decisiones previstas en la ley, como el archivo que pide la Fiscalía y al que se adhiere la defensa. "Aunque, también hay otras posibilidades, claro está", añade.