El sorteo de Navidad está a la vuelta de la esquina. Quién más y quién menos, tiene sus propias supersticiones. Lo que quizás no sabían es que aquí en Madrid, hay sitios donde la gente va a pasar sus décimos y que le den así buena suerte.
Junto al Congreso de los Diputados, en un rincón en el barrio de Las Letras, encontramos un lugar de peregrinación para los que quieren llamar a la diosa fortuna.
Se trata de Fortunato, una escultura en bronce que homenajea a los vendedores de la ONCE y que se conoce con el nombre de Fortunato.
Fue creado por el escultor Santiago de Santiago. Se inauguró en el 2013. Representa el típico vendedor de la ONCE, con su tradicional ristra de cupones.
Desde su inauguración no ha parado de extenderse la creencia de que tocar a Fortunato o pasar los dedos por los cupones que lleva colgados es una llamada a la suerte.
Pero como la suerte no entiende de organismos, no es raro ver a más de uno frotar sus decimos o hacerse un ‘selfie’ con esta estatua de bronce.
A la hora de restregar el décimo en busca de suerte, las opciones para llamar a la diosa fortuna son más variados y pintorescos: por el lomo de un gato negro, en el vientre de una embarazada, en la calva de tu alopécico de confianza o en diferentes figuras como las socorridas brujas.
Madrid está llena de fetiches de la suerte. Lugares donde pasar el billete y esperar a los millones: una placa a la salida de doña Manolita, el jorobado de la calle Preciados o incluso el culo del oso y el madroño. La suerte ya está echada.