Muchos niños y adolescentes han sufrido esta Dana en primera persona, se han quedado sin casa, sin cole, algunos han perdido a un ser querido. Los expertos avisan de que el impacto en ellos es mucho mayor que en los adultos, los psicólogos que están en la zona cero están viendo mutismo, pesadillas, niños que no quieren salir a la calle o no quieren hablar de la que ha pasado.
Llegan para ayudar contra el daño menos visible. El que la DANA ha causado sobre el ánimo de los más pequeños. 71.000 menores viven en los municipios más afectados. Muchos de ellos ya comienzan a mostrar síntomas psicológicos: el más común, el silencio.
Pero el mutismo no es el único. Las pesadillas son recurrentes y algunos menores recurren a la introspección. Se aíslan y evitar socializar.
Algunos niños lloran cuando ven la entrada de su colegio destruido. Otros juegan sobre el barro haciendo de la adaptación virtud, y otros centran sus esfuerzos en agradecer la ayuda. En todos los casos los psicólogos recomiendan a los padres transmitir normalidad y sobre todo seguridad.