Villar del Olmo esconde tesoros como un antiguo lavadero de 1902 junto a la fuente de San Isidro.
Ahora se ha reconvertido en un lugar de lectura. en las celosías donde antaño había botellas de lejía y añil, hoy se llenan de libros.
"Viene bien tener libros donde se aclaraba la ropa para aclarar las ideas" nos cuenta Mariano.
Mariano es el ideólogo de esta iniciativa que busca difundir y potenciar la lectura. no es una biblioteca al uso, no se necesita carnet y está abierta a todo el mundo.
Los vecinos encantados. "Se está muy bien para leer aquí y se está muy fresquito". Y no hay nada mejor para relajarse que escuchar el agua correr en el entorno más emblemático del pueblo.