Se cumple un año desde la reapertura de uno de los símbolos de Madrid. El Rastro reabría el año pasado en estas mismas fechas, después de 8 meses cerrado por la pandemia.
Los controles de acceso continúan para evitar que haya demasiada gente. Para ello la Policía Municipal continúa cortando algunas calles para desviar a la gente, como la calle Duque de Alba, Estudios o San Millán.
Los dueños de los comercios de las calles afectadas dicen que que se sienten gravemente perjudicados, porque además aseguran que se realizan en la franja horaria de mayor afluencia entre las 12 del mediodía y las 2:30 de la tarde, que es cuando ya los puestos comienzan a desmontarse.
"Comprendo que los puestos del Rastro tienen su problemática pero nosotros como locales comerciales no tenemos nada que ver. Eso sí, nos vemos afectados por los efectos colaterales de estos cortes que realiza la Policía Municipal", comenta la propietaria de una tienda.
La situación es tal que incluso algunos de ellos se está planteando cerrar su negocio o trasladarlo a otro punto de Madrid.