Un cajero y unas taquillas para recoger paquetes de Amazon. Con tan solo estos dos elementos, se pretende reinterpretar y alargar la vida de los quioscos, un negocio en declive por la caída de las ventas de la prensa en papel.
Se busca atraer más clientela y que repercuta positivamente en el bolsillo de los quiosqueros. La idea surge en Urban Service Point, una empresa barcelonesa fundada en 2018 que ya ha transformado unos 200 quioscos entre Barcelona, Madrid, Málaga y Granada.
Esta compañía plantea una nueva concepción del sector para dar cabida a cajeros automáticos y lockers para paquetes, pero también para estaciones de medición de ruido y contaminación o puestos de carga para patinetes eléctricos, bicicletas o motocicletas. El propósito es convertirlos en un punto de servicio al barrio.
Junto al quiosco de la madrileña calle Princesa, al lado de la boca del metro Argüelles y El Corte Inglés, otros dos puestos de la capital están participando en este proyecto piloto: uno en Plaza Castilla y otro en Goya. Fue la Asociación de Vendedores de Prensa quien se encargó de proponer estos emplazamientos después de que el consistorio madrileño y Urban Service Point alcanzaran un acuerdo.