La factura de la luz de los hogares españoles ha subido en julio en más de un 4% terminando con una racha de nueve meses en los que el precio había bajado.
La cara amable es que es casi un 8% más barata que hace un año, cuando pagábamos la luz más cara de la Unión Europea, pero la negativa es que pagamos el doble que hace 12 años por la misma luz.
Es decir, la factura del usuario medio se sitúa en este julio en 72 euros, siete menos que en julio de 2018, pero dos euros más que en junio de este año.
La solución, según las organizaciones de consumidores, es que el Gobierno intervenga en el sector de las eléctricas y que sea el propio Ejecutivo el que marque los precios bajando el IVA del 21% actual al 4%.