Emiliano, vecino de San Fernando de Henares, ya denunció la instalación de unos cables de telefonía que le obligaba a entrar o salir agachado en su propia casa.
Tras denunciarlo en Telemadrid, los técnicos de la compañía unieron todos los cables en un amasijo y colgaron los cajetines, sujetados a penas por unos hilos de cable de plástico, del canelón de la vivienda. Una nueva chapuza.
Emiliano está indignado con la solución adoptada por los operarios e insiste en que no quiere que cuelguen de su fachada por el peligro que suponen.
"Con un poco de viento, esto se viene abajo, con el peligro que supone", dice.
Al parecer, una empresa de comunicaciones revisó la instalación e hizo un presupuesto para solucionar el problema. Falta la aprobación del presupuesto por parte de Movistar para arreglarlo.
Han transcurrido más de tres semanas y ni la empresa se pronuncia ni el técnico que elaboró el presupuesto le coge el teléfono.