Rafa Nadal cumple 34 años y lo celebrará de una forma poco usual, en casa, y no en Roland Garros como tradicionalmente lo ha hecho en los últimos años cuando luchaba por ganar "su torneo" y celebraba días antes su onomástica con la organización y los medios de comunicación.
La foto del pastel compartido con todos era siempre un fiel reflejo de que Nadal estaba en la lucha por el Gran Slam parisino, donde ha ganado 12 veces. El Cafe de la Paix solía ser el lugar donde, en una cena con toda su familia, Nadal celebraba luego su cumpleaños.
El campeón de 19 Grand Slams se queda así, de momento en estas fechas, sin poder luchar, no solo por su torneo predilecto, sino también por tener una más que razonable oportunidad de igualar los 20 grandes que posee el suizo Roger Federer, igualada que pude llegar todavía en esta temporada, dependiendo de varios factores.
Esperando noticias sobre el circuito, sobre si el Open USA se disputará conjuntamente en Nueva York con el Masters 1.000 de Cincinnati, o si Roland Garros retrasará una semana en su calendario para dar así alguna alternativa a Madrid o Roma, Nadal celebra este miércoles su festividad.
"No quiero una nueva normalidad, quiero la normalidad de antes", ha dicho el de Manacor sobre el nuevo futuro, no solo del tenis, sino de la vida anterior que reinaba, cuando la pandemia del coronavirus era tan solo una amenaza.
Es un año extraño, porque solo se ha podido disputar un Grand Slam por el momento, el Abierto de Australia, con victoria del serbio Novak Djokovic y la estadounidense Sofia Kenin. Nole, que cumplió 33 años en mayo, lleva precisamente el número uno a sus espaldas y porta la imbatibilidad que le da haber ganado los 18 partidos que ha disputado. Es el líder de la ATP en el año de la pandemia.