Hugo Prestel sale cada día a limpiar las calles de la ciudad, pero luego a las 14:30 se dirige a su caseta de la Cuesta Moyano, famosa por sus casetas dedicadas a la venta de esos tesoros de papel desde hace casi 100 años.
La familia de Hugo ha estado ligada a ella casi desde los inicios, tres generaciones de libreros "cuando uno abre un libro de segunda mano es un libro, pero también es un objeto".
Libros con vida, que han conocido varios dueños con sus propias manías y costumbres. Hugo cuenta que lo más raro que se ha encontrado dentro de uno es "una escarpia a modo de marcapáginas".
¿Otros peculiares marcapáginas que se ha encontrado? Fotografías, cartas o billetes de lotería. Retazos de vidas ajenas que Hugo atesora en su caseta de Moyano.
Pero no es lo único que aparecido por sorpresa su abuelo encontró en un libro que estaba envuelto en papel kraft "65.000 pesetas del año 73".
"Quitó el forro y empezó a salir dinero", explica Hugo, sumando esa cantidad y algo que tenía ahorrado "dio la entrada para un chalet".
Además de los libros, "como compro en viviendas de particulares" cuando se encuentra objetos personales "y es casi igual de interesante, coger esta foto y decir quién será la persona".