Además de las procesiones, las saetas, los bartolillos y las torrijas, una de las tradiciones católicas más establecidas es la vigilia: la costumbre de no comer carne durante la Cuaresma.
La Iglesia marca que esto debe practicarse todos los Viernes de Cuaresma, además del propio Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, días en los que se ayuna. Pero, ¿De dónde viene esta tradición?
Chema Álvarez, misionero del Sagrado Corazón, explica que su origen "es ya muy antiguo". Se trata de una preparación "para el encuentro con el Señor en su muerte y su resurrección".
Se trata, en definitiva, de una acción de penitencia que se remonta al siglo II y tiene un significado de purificación que toma como referencia los sacrificios de Jesús y su ayuno durante 40 días en el desierto antes de su misión pública.
Aunque Chema Álvarez insiste en que el objetivo de este periodo, más allá de comer o no carne, es otorgar a cada uno "la posibilidad de ofrecer al Señor cosas buenas" y que lo más importante es "la caridad, lo que podamos hacer".