El Matadero de Madrid se ha convertido en los últimos años en un lugar de encuentro de eruditos y modernos. Gafapastas, tatús y mochilas. Aquí podéis tomar algo, ver alguna exposición, escuchar alguna charla o simplemente pasear. ¡Pero por donde hoy fluye la cultura, antes fluía la sangre!
Hasta hace unos años, El Matadero de Madrid era eso, un Matadero. Mantener el nombre ha sido un acierto ¿verdad? El origen de los mataderos de Madid comienza en la Plaza Mayor donde estaba (y está) la Casa de la Carnicería. Más tarde los Reyes Católicos reorganizaron el gremio. En la actual Plaza de Cascorro, en pleno Rastro, había otro matadero. ¿No os imagináis por qué El Rastro se llama Rastro? ¡Por el rastro de sangre que dejaban las matanzas! ¿Deducís por qué al lado está la Ribera de Curtidores? ¡Exacto! Allí abundaban los lugares donde se curtía la piel.
Disfrutad del Matadero. En su versión actual, al menos.