Nuestros ojos son las últimas víctimas de las mascarillas. Más de cinco millones de españoles padecen el síndrome del ojo seco y la cifra sigue subiendo. Se trata de una de las infecciones más habituales entre la población y los síntomas son: sequedad, enrojecimiento, picor, irritación, lagrimeo y ojos llorosos.
Con el uso prolongado de la mascarilla en esta “nueva normalidad”, hay que intentar ajustarla bien en la zona de la nariz, porque si no, el aire sale por la parte superior o por los laterales y termina secando la superficie del ojo.
Es en ese momento cuando las molestias en los ojos comienzan: desde una simple irritación a un enrojecimiento importante con sensación de quemazón. Emilio Dorronzoro, oftalmólogo, explica que “el ojo seco está causado por una mala hidratación”.
¿Cómo evitar el síndrome del ojo seco?
Una de las recomendaciones para mantener el ojo hidratado es utilizar humificadores o aplicar un poco de agua para que no se deseque. Los expertos recomiendan también utilizar el colirio o las lágrimas artificiales.
Un sencillo truco para evitar el ojo seco cuando nos ponemos la mascarilla consiste en grapar los laterales y crear un pico a la altura de nuestros mofletes que permita que el aire que expulsamos pueda salir.