Conocemos la historia de José Miguel, un hombre que pasó de ser albañil a trabajar como médico de urgencias en un hospital
REDACCIÓN
Históricamente se ha dicho que cualquier persona puede llegar, con voluntad, esfuerzo y los estudios necesarios, a ocupar puestos de relevancia dentro de la sociedad con total independencia del estrato social del que provenga.
Pero, ¿es realmente así? ¿O el llamado ascensor social es más bien una rampa en la que unos empiezan cuesta abajo y otros cuesta arriba?
Los datos hablan por sí solos: una persona nacida en un hogar pobre en 1998, tiene hoy ingresos anuales de 16.000 euros de media, mientras que un hijo que proviene de una familia rica superaría los 33.000 euros de renta, casi el doble.
Pero no solo influye el adquisitivo de tu familia, también el lugar de nacimiento. Por ejemplo, una persona nacida en el barrio de Chamartín gana, de media, 7.000 euros más que una persona que ha nacido a tan solo un par de calles más, en Chamberí.
En Está Pasando hemos conocido la historia de una persona que ha logrado dar la vuelta a los datos. Su nombre es José Miguel y actualmente trabaja como médico de urgencias, pero no siempre fue así.
José Miguel nació en un barrio muy humilde en el seno de una familia analfabeta. Casado y con hijo, trabajo muchos años como albañil mientras se sacaba la carrera de medicina: “Termine la carrera en seis años, aprobé el examen MIR y desde el primer día trabajo como médico especialista”, cuenta.
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“Por suerte tenemos un sistema en el que podemos llegar hasta donde queramos. Si entramos en una universidad pública es por nuestro esfuerzo. Otra cosa son las universidades privadas”, cuenta José Miguel.