Una salsa que sabe a Madrid y a bar. El verdadero origen de las patatas bravas es un misterio que quita el sueño a los fanáticos de esta tapa. Lo que sí que tenemos claro es que vamos a probar una salsa que nació en el año 1963 en plena calle de Alcalá y, como buena madrileña, sabe a lo que tiene que saber: a una salsa brava de verdad y muy castiza.
¿Y dónde podemos probar esta salsa? Pues no podía ser en otro sitio que en Juana Madrid, a donde se ha dirigido nuestra compañera Sofía Irazusta.
Aunque los dueños se llaman Juanma y Ana, el nombre del establecimiento no viene por ahí. “Estuvimos buscando un nombre con fuerza y que fiera fácil de recordar. Además, como nuestro logo es una mujer, queríamos que fuera una mujer empoderada, con energía, fuerza y que nos recordara a alguna mujer de la historia que fuera de esa manera”, nos cuenta el propio Juanma.
Los ingredientes de la salsa brava son muy sencillos. Necesita un espesante (como harina de garbanzo para que no contenga gluten), tomate, aceite, vinagre, pimentón, cebolla, ajo y sal. Sin olvidarnos de un ingrediente secreto que utilizan en Juana Madrid. “No se lo voy a contar a nadie”.
Esta famosa salsa empezó a fabricarla el abuelo de Ana, siguió su padre y ahora es ella la que se encarga de comercializarla.
Podemos encontrar tres tipos de salsa Juana Madrid: la suave, la normal y la extrapicante, para aquellos a los que les gusta un sabor extremo.