El reparto de comida a domicilio ha aumentado considerablemente debido la pandemia. Esto, añadido a la promesa de unos tiempos de entrega cada vez menores, ha propiciado que las empresas de comida rápida sitúen sus cocinas industriales en el interior de las ciudades.
Se las conoce como "cocinas fantasmas" o "dark kitchen", cocinas sin venta directa al público y que no tienen que cumplir los requisitos administrativos y legales de los restaurantes: estos locales preparan comida solo para reparto a domicilio (y, en algunos casos, también para recoger en el propio local), eliminando así el consumo dentro del establecimiento. Internet y las Apps son su canal de comunicación con el cliente.
Nos dirigimos a la calle Araucaria, número 19 (en el barrio de Tetuán), para conocer en profundidad una de estas cocinas fantasma. Aquí encontramos un local de pocos metros cuadrados en los que se agrupan siete cocinas en las que se preparan todo tipo de comida rápida.
¿Son todas las dark kitchen iguales? A primera vista nos damos cuenta de que este local es mucho más tranquilo que su homólogo en la calle José Calvo. Mientras que la entrada a la cocina de José Calvo estaba abarrotada de riders, aquí la calle está despejada y sin ruidos.
Juan Diego, uno de los socios de las cocinas de Araucaria, nos cuenta que les prepusieron participar en las cocinas de José Calvo. Propuesta que rechazaron porque les daba "más confianza" un proyecto "pequeño y sin el impacto de estar dentro de un bloque de viviendas, algo tan grande y que está teniendo problemas desde el principio".
"Es mucho en muy poco espacio. Y genera unos ruidos y unas perturbaciones para los vecinos que nosotros, como marca, no nos queríamos ver involucrados en nada de eso", nos explica Juan en relación a las cocinas de José Calvo.
Otra diferencia significativa entre ambas cocinas es que aquí los riders disponen de una sala de espera para recoger los pedidos, espacio clave para minimizar los ruidos. Además, también pueden venir particulares a recoger sus pedidos.
En lo referente a la chimenea de extracción, esta está por encima de los edificios contiguos y no da a ningún patio interior. Así, los humor y los olores no suponen un problema para los vecinos.