La violetera. Madrileña, hermosa, audaz, valiente y genuina. 65 años después de su estreno, esta actuación de Sara Montiel sigue siendo un himno para las mujeres de Madrid.
“Llévelo usted señorito, que no vale más que un real. Cómpreme usted este ramito. Cómpreme usted este ramito, pa' lucirlo en el ojal”.
El Madrid de los años cincuenta vivía en una realidad muy diferente a la de ahora: una España en la que no había divorcio y en la que las mujeres no podían tener una cuenta corriente, entre otras discriminaciones. Y en medio de aquella situación, Sara Montiel mostró el camino a seguir. “Ella abrió puertas a las que otros pudieron asomarse”, cuenta la periodista y presentadora María Rey”.
Las mujeres de época encontraron en Sara Montiel una imagen femenina y diferente: tradición y modernidad se fusionan a la perfección en el papel de La violetera, nacida en el Madrid más castizo.
La artista se convirtió en una castiza atrevida e impecable. Tras el éxito de El último cuplé, la actriz protagonizó La violetera y Pecado de amor, dos películas que cantaban a Madrid y a sus mujeres.
La violetera estaba protagonizada por una mujer “guapísima y que cantaba muy bien”, pero que, además, “mostraba una mujer que no era lo usual. Una mujer libre que hacía lo que quería y que rompía estereotipos”, explica el humorista manchego Joaquín Reyes.
Y Pecado de amor no se quedó atrás: chotis, parpusa, organillo y chulería, además de una imagen de Sara Montiel vestida con pantalón que hizo historia.
Con intención y amor fue como la artista grabó estas escenas, todas ellas con un decorado común: Madrid. “Con Madrid crea una vinculación. Ella iba mucho con la alegría de Madrid: del Madrid nocturno que disfrutó a codearse con la gente intelectual”, nos cuenta Alejandra Alloza, biógrafa de Sara Montiel.
El vínculo de la artista con la ciudad es eterno y pocas madrileñas se resisten a tararear estas canciones sin sacar lo mejor de cada una de ellas, tal y como hizo Sara en su tiempo.