En noviembre de 2021, David, vecino de Entrevías, abrió un parte por daños por agua en su vivienda al observar una gotera en el techo. Ese mismo día, su seguro envía un fontanero a repararlo. Sin embargo, al picar el techo, rompe una tubería y le indica que vendría a arreglarlo al siguiente día. Pasan los días y nunca vuelve, y David y madre, una mujer mayor con discapacidad, acaba inhalando durante un mes varios gases tóxicos.
Durante ese mes, del seguro, según denuncia, solo le comunican que debe seguir esperando, para que finalmente acaben mandando un perito para indicar que se debe reparar.
Cuanto más tiempo pasaba, peor se encontraba David, y no por el estrés de querer arreglar el agujero. Comenzó con fuertes vómitos y dolor de cabeza, además de cansancio extremo y ojos rojos. No fue hasta el 2 de diciembre cuando decide llamar al 112 para enterarse de que, tanto los bomberos como el Samur, indican que el tubo roto por el fontanero del seguro es el tubo de extracción de gases combustionados de la caldera, gases que, naturalmente, son tóxicos.
Desde ese día, sigue sin poder usar la caldera, es decir, sin agua caliente sanitaria ni calefacción. Porque para solventar el incidente hay que actualizar toda la instalación y la obra costaría un total de 3.200 euros, y David espera que la compañía de seguros se haga cargo.
Según David, el seguro también está incumpliendo con la póliza, puesto que no le ofrecieron otra vivienda al dejar en evidencia por parte de los bomberos que esta era inhabitable. Ha contratado a un abogado y están a la espera de poder resolver esta situación sin llegar a la vía judicial, proceso que alargaría la reparación de su vivienda.