David Gómez es, desde hace una década, celador en la Unidad de Psiquiatría Infantil en el hopital Puerta de Hierro. Su mujer, maría Silvestre, es también sanitaria y, al ver el rostro desencaja, y el miedo y la tensión que expresaban sus ojos después de una de las duras jornadas en las que las UCI estaban saturadas, Gómez cogió un lápiz, un folio A3 y una goma e ilustró esos sentimientos parapetados tras un gorro y una mascarilla.
Desde entonces, cada día retrata a uno de estos héroes anónimos que están en primera línea de batalla, venciendo al temor y recetando esperanza.