Raúl va a Batres por la carretera de Navalcarnero a Chinchón y nada más llegar se queda impresionado por la belleza de la entrada a este pueblo del suroeste madrileño.
En la Fuente del Chorro le espera Damián, llenando una garrafa de este agua, como hacía desde que era pequeño. El agua procede de un manantial cercano y muchos vecinos como él acuden aquí para surtirse de ella.
Frente a la fuente se encuentra el arroyo de El Cotillo, donde antiguamente venían las familias a lavar la ropa. En la piedra que rodea la fuente hay escritos poemas que tienen que ver con el agua y con uno de los vecinos ilustres de Batres y autor de estos, Garcilaso de la Vega.
Después Damián nos lleva a lo que era una antigua bodega que acabó convirtiéndose en secaderos de tabaco, muy importantes para contar la historia reciente de Batres.
Ahora están abandonados y se pueden visitar. Nos lleva también a la Finca Monte de Batres, otro epicentro laboral del pueblo, propiedad de la familia Covisa y donde trabajó durante 14 años como agricultor en una casa de labor.
En la finca también había secaderos de tabaco. Pasaremos dentro para que Damián nos cuento como era todo el proceso de recepción y secado del mismo.