Rocío Dúrcal era una habitual del mesón Licinia y una enamorada del pueblo. Un restaurante fundado en 1974, se levanta en un antiguo establo. Y desde la tradición y las costumbres del pueblo, José Ramón, hijo del fundador, ha puesto en marcha una cocina cuya carta destaca por exquisita y moderna, hasta el punto de buscar el 'Umami', el quinto sabor.
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