Fernando llega a Villamanrique de Tajo para conocer sus salinas, de la mano de Antonio. Las salinas de Carcaballana comenzaron a explotarse en el siglo XVI y suponían un fuerte elemento económico en la zona, ya el valor de la sal por aquel entonces era muy alto, dotaba a sus propietarios de un gran poder. Son una gran montaña blanca que produce la sal de mesa que consumimos.
Gracias a Antonio hemos sabido que en los años 70 todas las sales de baño que había en España se fabricaban en este lugar. Junto a las salinas hay una mina, dentro de la cual hay un manantial que es el que hace que las salinas funcionen. En el siglo XIX se llegaron a obtener 1.500 toneladas de sal al año. Todavía pueden verse en la zona, algunas de las construcciones en las que se guardaba la sal.
Antonio tiene en mente crear un balneario, alojaminetos rurales y restaurante, en la zona de las salinas.