Los altos precios de la luz y las subvenciones puestas en marcha por el Gobierno han disparado la demanda de paneles solares. Desde septiembre se ha multiplicado por 3 la instalación de equipos de autoconsumo eléctrico. Y no solo consumidores domésticos sino también empresas que ven en el autoconsumo la solución ante una factura energética totalmente disparada.
Desde que sale el sol en muchas casas comienza un ciclo de producción y consumo al margen de las empresas y de las tensiones de los precios. El sol incide en las placas y la energía fotovoltaica pasa al interior de la casa para un consuno inmediato , para ser acumulada o en otros casos para verterse en la red.
Dependiendo de las necesidades de cada vivienda la instalación puede costar entre 4.000 y 6.000 euros. A esto hay que restar la subvención que alcanza hasta el 40% de las inversión. En un plazo de entre 4 y 5 años se recupera el dinero.
Y mientras tanto, el precio del kilovatio es mucho menor que el que nos facturan las corporaciones energéticas. De hecho hay quienes aseguran no preocuparse de la factura desde que colocó las placas en su cubierta. La única preocupación es consumir mientras se produce para optimizar el sistema.