En la cárcel Madrid 1 de Alcalá-Meco, las internas han recibido hoy una clase de economía doméstica dentro del programa de voluntariado de un banco. Muchas de ellas, en breve, recuperarán la libertad y todas tienen ganas de cumplir sus sueños.
Algunas quieren ser emprendedoras, hacer de su idea un negocio y probar a que funcione. Otras buscan convertir la información recibida en algo útil para su vida diaria. Otras dicen que iniciarán estudios superiores al volver a estar libres.
Los profesionales que han impartido las clases creen que han cumplido con el cometido que les encomendaron, ser útiles para el futuro de estas mujeres. Y por la cantidad y carácter de las preguntas que les han planteado, la iniciativa ha cumplido.