Son ya más de 4.000 los migrantes, especialmente kurdos, los que esperan en un campamento improvisado para poder cruzar la frontera y entrar en la Unión Europea. Frente a ellos un amplio dispositivo militar polaco trata de impedirlo, con el uso de la fuerza según acusan las autoridades bielorrusas.
Además del uso de la violencia física las tropas polacas también utilizan armas de combate y disparan sobre las cabezas según ha comentado un portavoz del comité de fronteras biolorruso. Polonia, asegura que esto no es una crisis migratoria, sino una crisis política orquestada por el presidente bielorruso Aleksandr Lukashenko para desestabilizar la Unión europea, como represalia a las sanciones confirmaba el primer ministro polaco.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mostraba su rechazo al ataque híbrido y brutal de Bielorrusia al utilizar a los migrantes kurdos en sus propósitos de desestabilizar a la Unión Europea.