Carlos III promete servir a su pueblo hasta su muerte en su primer discurso a la nación
- Se compromete “solemnemente a mantener los principios constitucionales”
El nuevo rey del Reino Unido, Carlos III, se comprometió este viernes a “mantener los principios constitucionales” que rigen en su país y a servir a los ciudadanos “con lealtad, con respecto y con amor” ahora que asume el trono tras la muerte de su madre, la reina Isabel II.
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En su primer discurso como monarca, grabado en Buckingham Palace y emitido a todo el país a través de la BBC al inicio de un servicio religioso celebrado a las 24 horas del fallecimiento de su madre, Carlos de Inglaterra ratificó su plena voluntad de “asumir la nueva responsabilidad” como rey y señaló que “los deberes de la monarquía continúan” ahora en su persona.
“Yo me comprometo solemnemente a mantener esos principios constitucionales durante el tiempo que dios me mantenga vivo”, proclamó. “Independiente de vuestros orígenes o creencias, os serviré con lealtad, con respeto y con amor, tal y como he hecho toda mi vida”.
El rey Carlos admitió que su vida “va a cambiar” al asumir la “nueva responsabilidad”, por lo que no podrá dedicar “tanto tiempo y energía a las actividades caritativas” pero garantizó que la familia real le seguirá prestando máxima atención “en las manos de otros”.
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Destacó que cuenta “con la ayuda” de su “querida esposa Camila” para afrontar este “momento de cambio” y se mostró convencido de que ella “estará a la altura de su nuevo papel con dedicación” como reina consorte.
También tuvo palabras para sus hijos, especialmente para Guillermo como “heredero”, pues asume el título de Príncipe de Gales que don Carlos ha ostentando durante tantas décadas como “un privilegio”.
Su padre declaró que Guillermo y su mujer Kate Middelton seguirán “inspirando y liderando el debate nacional ayudando a centrarlo donde es necesario”.
Más escueto fue al referirse a su hijo pequeño, Harry, de quien recordó que “sigue con su vida en el extranjero” junto a su mujer Meghan Markle.
“PROFUNDA PENA”
Carlos III manifestó su “sentimiento de profunda pena” por la muerte de Isabel II, de quien destacó que fue “una inspiración y un ejemplo” para él y para toda la familia, dado que tuvo una vida “bien vivida” que resumió en “una promesa con un compromiso cumplido” desde que a los 21 años fue proclamada heredera y especialmente cuando en 1952 ascendió al trono.
También expresó su “gratitud por los más de 70 años” en los que Isabel II “sirvió como reina a los pueblos de tantas naciones” y destacó los “sacrificios por su deber” que tuvo que hacer, así como que su “vocación de devoción como soberana nunca cambió”.
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Don Carlos reivindicó esa “vida de servicio” en la que Isabel II logró aunar al mismo tiempo “ese nivel de tradición con el deseo de agarrar el progreso que es lo que nos hace grandes como nación”. “Combinó estas cualidades con humor y con una gran habilidad para ver siempre lo mejor de la gente”, subrayó.
Reconoció que a lo largo de 70 años el país ha cambiado profundamente y se ha hecho más plural en confesiones religiosas y más moderna con la renovación de instituciones pero, por encima de todo, destacó que “nuestros valores han perdurado y deben permanecer constantes”.
