Pedro Sánchez lo llamó las primarias de la derecha. La pugna entre PP y Ciudadanos continúa, pero en este caso para liderar la oposición. Tras diferenciarse por su actitud en las reuniones de Moncloa, hoy Casado ha endurecido el tono contra Rivera.
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, aseguró este miércoles que en esta campaña devolverá a Ciudadanos “todas las bolas”, porque “se acabó aguantar infamias” de quienes “dicen que quieren pactar con los que insultan” y “celebran por todo lo alto” que siga gobernando el líder del PSOE, Pedro Sánchez.
Desde Toledo, el líder nacional de los populares criticó que partidos como Cs estén esperando al 26 de mayo para desvelar sus alianzas. “Apelamos al voto útil”, señaló Casado, que anticipó que no aceptará a partir de ahora alecciones de regeneración, de gestión o de futuro.
Defendió que el PP está “unido, fuerte y listo para ganar” y respondió de nuevo a Rivera: “Para los que dicen que el PP se ha debilitado, doy una cifra, que ayer presentamos 60.000 candidaturas” para el 26-M. “Este es un partido que ya gobierna, ya gestiona, ya sirve a sus vecinos y por eso van a ser unas buenas elecciones para el PP”, añadió.
“¡Que digan con quién quieren pactar!”, reclamó, al tiempo que subrayó que la regeneración en política es “ser transparente, no dar pucherazos en primarias, ni compraventa de escaños, ni apelar al transfuguismo, ni tener alcaldes corruptos en Arroyomolinos, ni intentar plagiar programas electorales”.
En este contexto, afirmó que “hay que remontar y eso es lo que va a hacer el PP” el 26-M frente a Cs y Vox a los que acusó de “equivocarse de adversario” e ir contra el PP en vez de contra Sánchez y advirtió que lo que salga ahora de las urnas habrá que aguantarlo cuatro años, y más si no hay “contrapesos” autonómicos y municipales.
Solo un día antes, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera se reivindicaba como cabeza de la oposición, tras entrevistarse con Pedro Sánchez en Moncloa, al subrayar que hace falta una alternativa "fuerte" a Sánchez, ahora que el PP está en "descomposición".
Rivera sostenía que "la culpa de la debacle de un partido tiene que ver con el propio partido, no con los demás", ha defendido antes de instar al PP a "hacer autocrítica" en relación con los casos de corrupción y las "peleas" internas. Además, sostenía que si Ciudadanos hubiera pasado de 137 escaños en el Congreso a 66, como le ha ocurrido al PP con respecto a los resultados electorales de 2016, él se habría pensado la opción de dimitir, aunque ha admitido que tendría que verse en esa situación para tomar una decisión.