Chicos y chicas ven las drogas como un ingrediente más para divertirse por la noche los fines de semana, pero mientras piensan que refuerza la masculinidad de ellos, consideran que deteriora la imagen femenina porque las convierte en "mujeres descontroladas" o que "buscan lo que no deben". Se trata de una de las conclusiones de la investigación "Distintas miradas y actitudes, distintos riesgos. Ellas y ellos frente al consumo de drogas" realizada por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y presentada este jueves en la sede de la Delegación de Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
"Existe una sanción social a las mujeres", que sufren una doble penalización: la del consumo de drogas en sí mismo y la de hacerlo siendo mujer, ha explicado en rueda de prensa la subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, Anna Sanmartín.
Los chavales de entre 16 y 24 años piensan que "el descontrol de la noche es normal para los chicos", pero de ellas se espera que consuman "más comedidamente porque son más vulnerables y necesitan protección". Opinan además que las chicas se drogan "para imitar a los chicos, por 'postureo' o porque las engañan echándoles alguna sustancia en la copa".
De la misma forma, los riesgos del consumo también cambian según el género, y si ellos temen a meterse en peleas o sufrir algún accidente o robo, ellas ven como principal peligro el de ser agredidas sexualmente.
A ello, las adolescentes añaden otras dos preocupaciones, las de sentir una "mayor culpabilización y responsabilización" por haber ingerido estas sustancias, según el estudio, realizado a 50 jóvenes y 20 progenitores.
Algo "típicamente masculino"
Chicos y chicas juzgan así que consumir drogas es algo "típicamente masculino", de forma que a ellos les confiere una imagen favorecedora e incluso reafirma su identidad sexual y, si se excede, puede ser considerado "pesado o molesto", pero en ese momento determinado. Por el contrario, sentencian que deteriora la imagen de lo que se espera de las chicas y un uso excesivo las convierte en "mujeres descontroladas", "poco femeninas" o que "buscan lo que no deben".
En lo que sí coinciden chicos y chicas es en percibir estas sustancias como un componente más del ocio nocturno que asocian a una mayor diversión porque les ayuda a desinhibirse y a "desfasar" y facilitan las relaciones interpersonales, sobre todo las sexuales.
Los mismos estereotipos se trasladan a los progenitores de estos chavales, a los que tratan de forma distinta según su sexo: las madres se muestran dialogantes y comprensivas y los padres más autoritarios, aunque ambos se muestran mucho más protectores con sus hijas y más permisivos con sus hijos.
De esta forma, en las familias con hijos de ambos géneros, las hermanas suelen tener menos libertad en lo relativo a horarios o la posibilidad de salir, y buena parte de estas chicas asumen esa posición de debilidad, entendiendo la sobreprotección de sus padres.
Drogas legales, drogas ilegales
Según los últimos datos de la Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España de 2017 realizada a alumnos de entre 14 y 18 años, las chicas consumen más sustancias legales como tabaco, alcohol e hipnosedantes que los chicos, que se decantan más por otras ilegales como el cannabis. Así lleva siendo al menos desde 1994, cuando se empezaron a recopilar los datos, aunque en los últimos años sí se ha percibido un aumento de la brecha del consumo femenino y masculino de sustancias legales.
Por todo ello, la directora general de la FAD, Beatriz Martín ha apelado a la necesidad de "insistir en que los planes de prevención hay que realizarlos desde una perspectiva de género" para actuar de una manera más eficaz contra el consumo de estas sustancias, ha concluido.