Algo tan sencillo como comprar un botón o un tornillo es cada vez más difícil en el centro de Madrid. Allí, los comercios de proximidad están desapareciendo y, sin ellos, los vecinos denuncian que pierden servicios esenciales. Unos 500 establecimientos de este tipo bajan definitivamente su persiana cada año en la capital.
En la Cava Baja, por ejemplo, antes había ultramarinos, frutería, una carbonería y hasta tienda de semillas. Una de las últimas mercerías del barrio, la de Secundina, va a echar el cierre. Comercio de cercanía, de proximidad, que en pocos años ha sido borrado del centro de Madrid.
Los recuerdos de algunos de estos comercios permanecen sólo en la memoria de los vecinos y en las placas que salpican sus aceras. Aseguran que estos cierres hacen huir a los vecinos y piden medidas.Estas micropymes representan el 13% del Producto Interior Bruto de nuestra Comunidad y sólo un 0,01% del presupuesto de Madrid se destina a su promoción.