La falta de chips sigue retrasando la fabricación de vehículos. Ahora mismo, el tiempo de espera para recibir un automóvil se encuentra entre los 4 y los 6 meses.
Una situación que ha disparado la venta de segunda mano, eso sí, en vehículos de más de 10 años. Y a mayor demanda, más precio. Los que en 2019 costaban, de media, unos 16.000 euros; ahora cuestan 20.000.
A la falta de existencias por falta de componentes electrónicos se ha unido la crisis económica y la incertidumbre de los consumidores por sus necesidades y las posibilidades de movilidad ante las regulaciones internacionales.
De media, un coche usado cuesta ahora un 25% más que antes de la pandemia.