El cortejo fúnebre con los restos mortales de la reina Isabel II continúa su recorrido por Escocia para llegar a Edimburgo, la capital de la región, tras pasar por las localidades de Ballater y Aberdeen.
A lo largo de este trayecto de unos 200 kilómetros, miles de personas se congregaron en estos lugares para dar el último adiós a la soberana, que pasaba los veranos en el castillo de Balmoral.
En Edimburgo, en la avenida Royal Mile, en el centro histórico de la ciudad, una gran cantidad de personas se han dado ya cita para ver de cerca la llegada del coche fúnebre con el ataúd de Isabel II, cubierto con el estandarte real y una corona de flores, recogidas especialmente de los jardines de Balmoral.
A la espera de la entrada del féretro en Holyroodhouse, la residencia real en Edimburgo, Carlos III fue proclamado aquí rey en una ceremonia ante el monumento conocido como la Cruz del Mercadillo, próximo a la catedral de St. Giles.