A un día de que se cumplan dos semanas desde que entrara en erupción, en el volcán Cumbre Vieja de La Palma, se han registrado dos nuevas bocas. Y en las últimas horas se han registrado hasta una veintena de pequeños terremotos en el sur de la isla.
La inversión térmica está provocando que los gases nocivos que expulsa el volcán no se dispersen. 3.500 personas han tenido que ser confinadas en sus casas. Además, las dos bocas nuevas abiertas siguen expulsando una lava mucho más fluida que se añade a la que ya ha llegado al océano.
Millones de metros cúbicos de lava
El volcán de Cumbre Vieja mantiene su actividad y sigue dejando imágenes por satélite en las que se aprecia perfectamente cómo en estas casi dos semanas la lava ha ido recorriendo parte de la isla y sepultando bajo el magma todo lo que ha encontrado a su paso hasta llegar al mar.
El balance, de momento, más de 1.000 (1.005) viviendas afectadas (880 completamente destruidas), más de 30 (30,7) kilómetros de carreteras cubiertos y más de 3.300 (3.304) hectáreas cubiertas de ceniza.
Peor que el Teneguía
Todo procedente de un volcán que se estima, ha expulsado más de 80 millones de metros cúbicos de lava: el doble que el Teneguía en 1971, en la mitad de tiempo. Los expertos están pendientes ahora de las 5 bocas y de por dónde discurren las nuevas coladas. Y también de la calidad del aire, que ha obligado a confinar a 3.500 personas más.
Lava a gran velocidad
El peligro para la salud aumenta por momentos y recomiendan estar confinados hasta que la inversión térmica desaparezca y permita que los gases se dispersen.
Las dos nuevas bocas que se han abierto esta madrugada no dejan de expulsar lava a gran velocidad. La UME monitoriza su camino ya que está en peligro el principal polígono industrial del oeste de La Palma.
Y en la costa, esta pasada noche, otra colada se precipitaba hacia el mar. La zona surfera de Guirres, la más famosa de la isla, ya no existe.
Difícil recuperación
El Ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que ha visitado la isla reconoce que la recuperación va a ser difícil. Lo mismo piensan y aseguran vecinos como Francisco Javier y su mujer Natzira, que llevan dos semanas desalojados. Con él en silla de ruedas, han solicitado una vivienda y están a la espera.
Hay familias que lo han perdido todo y señalan que es fácil prometer y que la recuperación “va para rato”. Aseguran que “¿cómo no vas a tener miedo?”. Se espera que la próxima semana los niños puedan volver a dar clases, reubicados en otros colegios de la zona.
Adiós a la pesca en la zona
Algunos como el pescador José ya lo veía venir. Días, semanas antes, su medio de vida, la pesca, le dio los primeros avisos. Ahora soltar un cabo de amarre en este puerto de Tazacorte, por ejemplo, es casi una utopía. El sector pesquero está a la deriva y los expertos dicen que esa situación con la lava en el mar acaba con la vida marina en la zona.
El jurel, la sama, la vieja, los pescados típicos de Canarias han desaparecido en La Palma. Pero lo que durante un tiempo será una pesadilla para los pescadores, podrá ser a largo plazo, fuente de riqueza.
Eso mismo ya ocurrió en el Hierro con el volcán submarino de 2011. Tres años después ya se había regenerado. y al cabo de una década la biodiversidad es, según los expertos, aún mayor que antes de la erupción.