Acostumbrados a salir poco a la calle, anhelan volver a hacerlo.
REDACCIÓN
Seguimos en fase cero y el confinamiento empieza a pasar factura incluso a los que están acostumbrados a estar recluidos, como los seminaristas. De los 14 casos, dos fueron graves en el seminario.
“Nos dieron tests para todos desde Ifema y también vino la UME” aseguran.
Han establecido turnos para paseos, oración y comida y mantienen las distancias dentro del seminario.
Pese a estar acostumbrados a salir poco a la calle, anhelan volver a hacerlo.
Confinados con mucho ritmo
Quieren volver a pisar la calle con normalidad. Mientras tanto, animan a los vecinos montando conciertos con el saxo desde la terraza.
“Echamos de menos salir a la calle y poder charlar con la gente” aseguran.
Nada mejor que poner una nota de ritmo al confinamiento tocando música en la azotea del seminario para animar a sus vecinos. Mientras tanto, rezan y piden por todos nosotros.