Lisboa recupera este lunes su normalidad tras acoger durante una semana la visita del papa Francisco y de más de un millón de peregrinos por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que ha congregado del 1 al 6 de agosto la mayor concentración católica tras la pandemia del coronavirus.
El papa Francisco abandonó el pasado domingo Lisboa para regresar a Roma. El Pontífice despegó de la base militar de Figo Maduro a las 18.22 hora local (17.22 GMT) a bordo de un avión A321 de la aerolínea portuguesa TAP que le conducirá al aeropuerto romano de Fuimicino.
IGLESIA ABIERTA A TODOS "TAMBIÉN A LOS HOMOSEXUALES"
A bordo del avión papal, el papa Francisco aseguró que la Iglesia católica "está abierta a todos, también a los homosexuales" y que "luego cada uno elige a Dios por su propio camino".
"Todos eligen a Dios por su propio camino y la Iglesia les guía. A mí no me gusta decir a unos sí a otros no. Cada uno busca la manera de ir adelante" ,dijo Francisco.
"No me gustan las reducciones, no es cristiano", afirmó.
TOLERANCIA "CERO" ANTE LA "PESTE" DE LOS ABUSOS
El papa Francisco reiteró "la tolerancia cero" ante la "tremenda peste" de los casos de abusos por parte de miembros de la Iglesia, en la rueda de prensa a bordo del avión.
Además indicó que los obispos que han cometido irresponsabilidades "tendrán que hacerse cargo de ella y ya se verá cómo".
Recordó que de manera reservada encontró en Lisboa durante el viaje a un grupo de víctimas y dialogaron "sobre esta tremenda peste de la Iglesia".
"Me hace bien escuchar a las víctimas porque me hace que me haga cargo de este drama", afirmó.
"EL MEDITERRÁNEO ES UN CEMENTERIO"
El Papa Francisco ha advertido de que "el Mediterráneo es un cementerio" pero "el cementerio más grande es el norte de Africa" y se ha referido, en concreto a la situación en el desierto entre Túnez y Libia, donde han sido abandonados migrantes para que murieran.
Ha explicado que por este motivo va a viajar a Marsella, del 22 al 23 de septiembre para la conclusión de los 'Encuentros del Mediterráneo', en los que obispos católicos de 30 países del Mediterráneo reflexionarán sobre la tragedia de los migrantes.