Corría el año 1975, una jovencísima y enamoradísima Isabel Preysler se presentó en la discoteca “Las Vegas” -que todavía existe-, situada en el municipio de San Feliu de Guixols, Gerona. La musa de portadas se desplazó hasta allí con el único objetivo de dar una sorpresita a su marido, Julio Iglesias, pero la sorpresa se la llevó ella.
Cuando la madre de Tamara Falcó llegó al local, lo primero que hizo fue preguntar por su marido, con quien ya tenía tres hijos. Sin embargo, desconocía que el cantante ya mantenía un nuevo lío de faldas con una de las bailarinas de su show, María Edite, madre de Javier Santos, el nuevo hijo de Julio Iglesias, según la justicia.
Coincidencias de la vida que, cuando la diva llegó al local y preguntó por su marido, la madre de la que fuera su amante se encontraba sentada justo a su lado. Tal y como nos ha confesado Pilar Eyre, una reputada periodista de la prensa rosa, María Edite por aquel entonces era una “niña muy inocente, una chica que nunca había conocido barón”, a la que tuvieron que abrirle los ojos a la fuerza esa misma noche. Tan solo un día después de que se enterara de que estaba embarazada.
La velada no acabó como Isabel Preysler esperaba…