Del palacio de Santoña se decía que era el más lujoso de la época, con permiso del Palacio Real. Este lujoso edificio dieciochesco es toda una muestra del gusto cortesano de aquellos años por el lujo, el esplendor y la fusión de estilos.
Los duques no repararon en gastos. Con el dinero amasado en "las Indias", mezclaron decoración neoclásica, neobarroca… todo con la clara intención de impresionar a todo aquel que cruzase su umbral. ¡Objetivo cumplido!