"Un buen edificio nunca muere” señala Adam Bresnick, profesor de Proyectos Arquitectónicos y de Fin de Grado en la Escuela Politécnica de la universidad CEU San Pablo. “Reciclar un edificio, añade, es mejor que hacer uno nuevo y, además, reduce la huella de carbono y, por tanto, la sostenibilidad”. La arquitectura de los edificios debería incorporar espacios amplios, iluminados naturalmente, que transmitan una sensación equilibrada a través de la proporción, los materiales, las texturas, el sonido, los colores o los olores. Esas características se observan en buena parte de los edificios más antiguos que nos rodean y también en algunos de nueva construcción.
“Conviene tener en cuenta, afirma el responsable del Estudio de Arquitectura Adam Bresnick, que renovar un edificio, mejorar su aislamiento térmico y acústico, por ejemplo, resulta más rentable que construir un edificio nuevo. Y si utilizamos materiales más sostenibles como la madera en lugar del hormigón, que es más contaminante, mejor”.