Nos estamos enfrentando a una situación sin precedentes, una pandemia que no ha permitido a los niños y adolescentes visitar a sus seres queridos o participar de los rituales de despedida y que les impide acudir a la escuela o salir a la calle a realizar actividades de ocio, pero que mantiene las conexiones digitales que posibilitan el acceso a la información. Para las personas mayores ha sucedido algo muy similar. Se han visto situaciones en que los pacientes con enfermedades mentales han interrumpido su tratamiento durante la epidemia y las consecuencias se empiezan a ver ahora tal y como explica en Fórmula Salud Mario Saura, psiquiatra y director del Centro de Especialidades Médicas Santiago Amón.
Según revela uno de los primeros estudios realizados sobre la actual situación de las familias, un 30% de los niños y adolescentes aislados o en cuarentena como consecuencia de la pandemia de COVID-19 podrían presentan síntomas de estrés postraumático y el 85% de ellos tienen padres también con dicha sintomatología. Algo parecido han vivido muchos profesionales sanitarios por lo que han sufrido en todo este tiempo. Sin duda la salud mental es un área que reflejará el dolor acumulado en muchas familias y la necesidad de ayuda para ellas. Pero lo primero será mantener la calma para evitar pensamientos catastrofistas que pueden generar un terror paralizante.