Llega el momento del año en el que nuestros pies salen de la cueva del calcetín y el calzado cerrado. Se trata de la parte del cuerpo que menos cuidamos. Por eso, Juan Carlos Montero, portavoz del Colegio de Podólogos de Madrid, nos ofrece los mejores consejos para tenerlos perfectos.
Lo primero es tener una buena higiene. Al final, tenemos que lavar nuestros pies como cualquier otra parte de nuestro cuerpo y una cosa importante es el secado. Debemos secar con especial importancia entre los dedos, tomándonos nuestro tiempo, ya que es una práctica que, normalmente, no solemos prestar atención.
Posteriormente, una buena crema hidratante es fundamental. "Hoy en día, nosotros, en las consultas de podología, utilizamos cremas con ácido hialurónico, que esto es una cosa maravillosa, sobre todo para la zona de los talones cuando están agrietados".
El corte de las uñas es imprescindible. Juan Carlos nos dice que es importante hacer un corte recto y, si hay una uña curvada o que se clava, debemos acudir a un profesional de podología para arreglarla.
Un aspecto también muy importante son los esmaltes permanentes de uñas. Llevar constantemente la uña pintada fomenta que no transpire bien y puede provocar hasta infecciones de hongo. "En verano es bueno tener una semana, por lo menos, de barbecho sin llevar la uña pintada".
En verano nos suele encantar andar descalzos. Sin embargo, no debemos abusar porque la desprotección nos expone a sufrir heridas y un esfuerzo extra de nuestros músculos nos podría causar ciertas lesiones. Asimismo, es recomendable adaptar nuestro calzado a cada situación como, por ejemplo, usar las chanclas tan solo para ir a la piscina.